sábado, 20 de noviembre de 2010

"Una Aproximación al Estudio del Pueblo de Ispacas"

Creemos que la partida de nacimiento de los pueblos está supeditado a la fundación de personajes importantes. Sin embargo, muchos de los orígenes de tantísimos otros pueblos se hallan relacionados con leyendas, fábulas, cuentos y otros.
Es el caso la comunidad de Ispacas, pueblo que se encuentra dentro de la jurisdicción del Distrito de Yanaquihua, Provincia de Condesuyos, Región Arequipa. Por ejemplo, una distinción que enmarca el origen de Ispacas proviene de un cuento de fines del siglo XVII, suceso que ocurrió en un pueblito llamado Wuamanmarka, un lugar cercano a los Distritos de Yanaquihua y Andaray.
“Se dice que en plena efervescencia de la discutida presencia de los españoles en estos lares, llegó hasta la parroquia de de Wamanmarka el cura Gaspar Angulo Valdivieso, que entonces se había enamorado de una simpática y hermosa lugareña llamada Rosa Anita Tellez. Un día, el cura Gaspar tuvo que viajar a Arequipa por una vieja dolencia que le aquejaba. La ausencia de del cura minó la endeble existencia de Rosa Anita, quien había dejado de consumir alimento alguno, hasta quedar al borde de la muerte. Los familiares de afectada se vieron obligados a poner en conocimiento del amante lejano la preocupante situación en la que se encontraba la dueña del corazón del cura Gaspar.
En esa época, la distancia que separaba de Arequipa se hacía a lomo de bestia. Prepararon el mejor caballo del lugar, y que lapso de ocho días llevó consigo el mensaje que tenía lugar en Wamanmarka.
Gaspar, enterado de la salud de su amada regresó de inmediato. Sin embargo, tarde fue; su bien querida Anita había dejado el mundo de los vivos dos días antes.
Afectado por la trágica realidad, el cura Gaspar se encerró en las instalaciones de su parroquia, al borde de la locura pidió que no lo molestaran. Empero, nadie sospechó lo que tenía planeado. Una noche, decidió desenterrar a su amada; la llevó a la iglesia, y la vistió con un ajuar que había traído de Arequipa. Sentada y perfumada en un sillón parroquial la convirtió en una homenajeada post Morten con una canción que presagiaba el dolor, el más terrible de su corazón.
El cura Gaspar, no dejaba de cantar, acompañado de su quena sumergida en un cántaro con un poco de agua y una guitarra las dolientes notas del “Manchay Puytu”. Las notas de la quena le habían otorgado un aire tétrico que por varios días y noches se escuchó y acompañó al pueblito de Wamanmarka, hasta que una noche dejó de escucharse.Algunos días después, un olor nauseabundo invadió el lugar, el cual obligó a los lugareños a indagar el motivo. Grande fue su sorpresa, el párroco amante había expirado abrazado del cadáver de su amada.
La población, después del macabro suceso, quedó seriamente afectada. Muchos de ellos llenos de pavor presagiaban lo peor para su poblado y abandonaron sus pertenencias para dirigirse a radicar a lugares más cercanos como Andaray, Yanaquihua e Ispacas”.
Creemos que las sociedades del ande registran en historial hechos sociológicos que se traducen en leyendas, cuentos y cuántas expresiones artísticas que se conservan por generaciones hasta convertirse en hechos tradicionales y que con el tiempo llegan a significar un símbolo para las comunidades. En nuestro caso, la palabra castellanizada “ISPACAS” provendría del término “ESCAPAS” que vendría de el término “escapar” y que con el paso del tiempo se fue adecuando a “ISPACAS”.
Ispacas es un pueblo que desciende de los Aruni y los Choquepampas, tribus que habitaron esa región, y que así lo atestiguan los restos arqueológicos y las narraciones de los cronistas. Los Aruni residían en Andaray y Yanaquihua, y los Choquepampas en Chuquibamba y pueblos aledaños.
Por ello, es preciso valorar las tradiciones orales que vienen a significar un aporte a la historia de los pueblos de ésta región, y que hasta la fecha han perdurado.

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